Ha pasado ya tiempo desde que, con otro entusiasta grupo de aprendices editoriales, me hice cargo de la dirección de Lmentala. Ni más ni menos que, sin contar el número “0” de aquel agosto de 2012, un trecho suficiente como para sumar 88 ejemplares puntualmente publicados hasta la fecha. No sin la impagable participación de más de 200 colaboradores, entre profesionales y usuarios de nuestros servicios, algunos de ellos especialmente apasionados por el número y calidad de sus aportaciones.
En aquel número “0” dábamos cuenta de los diferentes apartados del boletín y sus contenidos relacionados: “Somos Red”, “Ex Cathedra”, “Txoko-Boms”, “El periscopio”, “En primera persona”, “Hace ya un tiempo”, “Pausa café”… Secciones que se han mantenido hasta la actualidad, recogiendo de aquella manera clasificada una muy extensa colección de noticias y colaboraciones que, ahora echando la vista atrás, no deja de sorprender por el recuerdo y rememoración de tantas y tan variadas batallitas vividas y compartidas.
Para mí ha sido un reto, sí, y también satisfacción y enriquecimiento personal, haber formado parte del proyecto junto a toda esa otra serie de colegas del “comité editorial”, actuales y previos, que han hecho posible superar (deseo suponer que además con nota) aquel tímido proyecto que empezamos hace 8 años. Últimamente, he pensado que podía ser interesante la publicación de algún número o almanaque extraordinario que recogiera de forma monográfica las principales noticias de cada una de las secciones del boletín a lo largo de estos años. Estoy seguro que sorprendería el reencuentro con muchas de aquellas noticias, aunque supongo que eso queda ya fuera de mi perspectiva.
Ya solo me queda despedirme, no sin antes pedir disculpas por la tabarra que he venido dando a diestro y siniestro pidiendo materiales y colaboraciones, pero agradeciendo la siempre cordial y bien dispuesta respuesta recibida, ¡y a las pruebas me remito! Llegado el momento del relevo, no deseo otra cosa que sea motivo de un nuevo paso de nuestro ya ineludible Lmentala, que ahora seguiré con fruición desde la comodidad de mi sillón de complacido jubileta.
Óscar Martínez Azumendi